viernes, 9 de noviembre de 2012


 GRUPOS ARMADOS Y CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA 

HISTORIA DE LOS GRUPOS ARMADOS EN COLOMBIA
El conflicto político en Colombia se remonta al siglo XIX con las rivalidades entre los partidos liberal y conservador, que representaban de forma muy parcial los intereses de la población. En cuanto al conflicto político actual, empieza en la década de los 60 con la aparición de las guerrillas (principalmente las Fuerzas Revolucionarias de Colombia y el Ejercito de Liberación Nacional), fruto de la exclusión social y política, la distribución desigual de las tierras, y la injusticia social.

SURGIMIENTO Y EVOLUCIÓN 

La independencia de Colombia supuso el inicio de un conflicto que se prolongó durante todo el siglo XIX en que había turnos entre los partidos conservadores y liberales, pronunciamientos y guerra civil.La última de estas denominadas guerras civiles se daría entre 1899 y 1902 y se conocería como la Guerra de los Mil Días. En ésta, los conservadores triunfaron frente a los liberales e inauguraron un período de 30 años que se llamó la “hegemonía conservadora”, una dictadura de un partido sobre otro.El partido liberal quedaría excluido del poder hasta 1930 cuando, debido a una coyuntura favorable, se haría con el poder y llevaría a cabo una serie de reformas: tributaria, fiscal, educación, y sobre todo, la agraria y laboral.Es una etapa, 1930-1947, en la que se da el juego entre partido liberal y conservador ejerciendo éstos últimos una oposición que impediría el desarrollo de las reformas, y que las bloquearía finalmente en 1947. Esa oposición que surge en los años 40 sería una oposición beligerante que defendería, por un lado, la idea de legítima violencia frente a los abusos del poder, y por otro, la práctica del atentado personal. Así se organizarían grupos irregulares, armados, que buscaban paralizar la participación electoral del liberalismo y después, descontar la diferencia de votos matando al opositor.
El punto álgido de esta violencia se daría en 1948 con el asesinato del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán. Su asesinato provocó una explosión de ira popular que se denominó el Bogotazo y que señaló el inicio de la denominada Violencia . Entre los años 1948 y 1953 fueron asesinadas unas 300.000 personas, proliferaron los grupos irregulares armados por parte de los dos bandos y se puso fin de forma definitiva a la reforma agraria que se pretendía realizar desde la década de los años 30.
Fue entonces cuando llegó el gobierno de Rojas Pinilla e inicio un arbitraje que se resolvió con un acuerdo entre los dos partidos: el Liberal y el Conservador se alternarían el poder. Este sistema, conocido como alternancia o Frente Nacional, se plasmó con un tratado firmado en Sitges (España) en 1953 y, aunque desde un punto de vista constitucional duraría 16 años, esta alternancia política se ha seguido dando en la actualidad.
De esta forma se da un monopolio del Gobierno y la oposición, pero es una oposición que no existe y que se excluye sistemáticamente desde el principio del Frente Nacional. Así, la oposición dentro del sistema se da, pero no tenemos oposición al sistema en sí, y cuando surge es físicamente liquidada o comprada mediante el sistema clientelista.
En los años 60 surgirían varios grupos de oposición que acabarían desapareciendo: Movimiento Revolucionario Liberal, Frente Unido, ANAPO, etc. 
Y el último intento de esta historia de la oposición fue la Unión Patriótica (UP), un movimiento político de los años 80 que pretendía trasladar el creciente movimiento guerrillero hacia una oposición civil, es decir, abandonar las armas para pasar a ser una oposición legal. Este movimiento sería liquidado físicamente en su totalidad con un saldo de 3000 muertos.
También en los 60 aparecerían varios grupos armados de variado ideario izquierdista: El más antiguo, activo y con mayor número de efectivos serían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), de ideología marxista-leninista, con origen en los grupos de campesinos que reclamaban la reforma agraria 

Las FARC como forma de autodefensa frente a la persecución desatada contra las formas de organización campesina lideradas entonces por el Partido Comunista. Luego, en la década de los años setenta construyeron una estrategia política global frente al Estado colombiano. En la actualidad está formada por cerca de 10 mil combatientes, organizados en 70 frentes distribuidos en todo el país.


Le seguiría el Ejército de Liberación Nacional (ELN), heredero del movimiento estudiantil inspirado en la revolución cubana, las ideas del Che Guevara y la teología de la liberación
La UC-ELN surgió en 1965 en el departamento de Santander, como un proceso de radicalización de algunos sectores del Movimiento Revolucionario Liberal -MRL- que lideró Alfonso López Michelsen a finales de la década de los cincuentas, planteándose la toma del poder por las armas. Se calcula que cuenta con unos 5 mil combatientes, organizados en 30 frentes. Una fracción de la UC-ELN, denominada Corriente de Renovación Socialista, firmó en 1994 un acuerdo de desmovilización con el gobierno de César Gaviria

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El EPL tuvo origen en 1968, localizado en la región occidental de la Costa Atlántica, expandiendo luego su acción hacia otras regiones, teniendo particular incidencia en la zona bananera de Urabá, donde el auge de las exportaciones de la fruta creó un fuerte conflicto social. Una fracción considerable del EPL firmó un acuerdo de paz con el gobierno de César Gaviria en marzo de 1991, y se convirtió en el movimiento Esperanza, Paz y Libertad.

Otros grupos guerrilleros, surgidos en las décadas de los 70 y 80, firmaron acuerdos de paz con los gobiernos Barco y Gaviria, para convertirse en movimientos o partidos politices. Son éstos, el Movimiento 19 de Abril -Ml9-, el Partido Revolucionario de los Trabajadores -PRT- y el Movimiento Quintín Lame.
Las FARC, la UC-ELN y el EPL, no obstante sus diferencias de trayectoria, políticas e ideológicas, conforman la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar.


Debido al incremento de las guerrillas, han proliferado las organizaciones paramilitares de derecha. Su origen se encuentra en las milicias rurales formadas por los grandes propietarios terratenientes, funcionarios locales en zonas en las que la presencia del Estado es débil, y las vinculadas a las Fuerzas Armadas y al narcotráfico. Todas ellas se encuadran en una estructura nacional a través de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Bajo la presidencia de Belisario Betancur (1982-1986) se establecieron vías de pacificación: Declaró una amnistía general para todos los grupos armados de oposición y ofreció negociar en el marco de un régimen amplio de incorporación política. Como resultado se obtuvo un alto el fuego de las FARC en 1985 que daría origen a la anteriormente citada UP. Sin embargo, debido a la falta de respaldo por parte de los partidos políticos, y tras la eliminación física de miles de guerrilleros desmovilizados, las FARC volvieron a las armas y la iniciativa no avanzó.
En 1990, entre los mandatos de Virgilio Barco y César Gaviria, se firmaron acuerdos con el Movimiento 19 de abril (M-19), el Ejército Popular de Liberación (EPL) y otros grupos rebeldes menores que se incorporaron a la apertura política que se plasmó en la Constitución de 1991. En cuanto al resto de los grupos alzados, se optó por la “guerra total” que continuaría Ernesto Samper (1994-1998).
Ya con Andrés Pastrana se lanzaría a finales de 1999 el Plan Colombia, un ambicioso proyecto integral que debería lograr también erradicar el narcotráfico y fomentar el desarrollo económico y social del país. Éste fue un plan evaluado en unos 7500 millones de dólares y financiado por Colombia (4500 millones $), EUA (1500 millones $) y Europa (200 millones $), además de otros recursos provenientes de instituciones financieras internacionales ( FMI, BM, BID…) y otros países (Japón, Suiza…).
Durante los primeros años de su mandato Pastrana se mostró con una gran voluntad de negociación con los grupos guerrilleros, pero tras un largo proceso no demasiado fructífero, consideró que esa estrategia había fracasado y finalmente decidiría la ruptura de negociaciones con la guerrilla a principios del 2002.


SITUACIÓN  ACTUAL
luego llegó al poder Álvaro Uribe con su programa de orden y autoridad que atrae a buena parte de un electorado cansado de la violencia y la inseguridad.
Es así como el presidente Uribe inició su mandato con tres objetivos entrelazados:

- Campaña por las reformas políticas: combatir la corrupción y hacer más operativa la maquinaria institucional y administrativa.
- Proyecto de Seguridad Democrática: buscar la negociación con los grupos insurgentes desde la presión.
- Despliegue externo: introducir el conflicto colombiano en la agenda internacional.
Ante esta nueva línea dura de Uribe, los grupos insurgentes se han preparado para la polarización del conflicto: las FARC con su demostración de fuerza tratando de extender el conflicto a varios frentes y de acercar la escalada ofensiva a las ciudades, y el ELN intentando sobrevivir en un contexto de tensión en el que deben confrontar tanto a las FFAA como a las AUC.
En cuanto a éstos últimos, apoyándose en complicidades políticas y en el hecho de compartir con las FFAA el objetivo de combatir a los guerrilleros, podrían llegar a algún tipo de acuerdo con el gobierno a cambio de obtener la impunidad por sus acciones del pasado.
A día de hoy, y tras 40 años de conflicto, ni el Estado ni los grupos armados han conseguido sus objetivos. Además, la normalización de las prácticas violentas han llevado a la transformación del sistema económico del país y a la militarización de la sociedad con los grupos paramilitares como nuevos actores. Pese a todo, en la sociedad civil colombiana, la principal víctima del conflicto armado, están surgiendo iniciativas esperanzadoras que buscan el final de la violencia y que crean una dinámica que podría ser germen de integración social.

CONSECUENCIAS SOCIALES



Es conocido este conflicto por sus manifestaciones de violencia y por las graves consecuencias que ha provocado en el desarrollo social y cultural de su población.

Analizar el conflicto en Colombia y su situación actual es pensar en una historia de más de 40 años entre negociaciones con los grupos armados, y la construcción de la paz y el bienestar de su pueblo. A medida que pasaba el tiempo el conflicto se fue agudizando y nuevos actores se sumaron al desarrollo de los hechos: narcotraficantes, paramilitares, delincuencia común, pobreza, desempleo y reformas agrarias. La participación de la sociedad en su conjunto es fundamental para realizar un cambio en Colombia. Y es allí donde organizaciones, como InspirAction o nuestras contrapartes, juegan un papel fundamental gracias a su trabajo con las comunidades afectadas por esta lucha.
El Conflicto colombiano ha generado graves problemas sociales, económicos, políticos y culturales, desafíos para los responsables políticos y las comunidades afectadas, directa o indirectamente. Muchos nuevos inversores han llegado a Colombia, gracias a las garantías de seguridad que ofrece el gobierno colombiano, afectando positivamente al empleo y en la generación de nuevas actividades productivas. A pesar de estos intentos de normalizar la vida del colombiano, todavía persisten algunos problemas sociales que se deben solucionar:
Desplazamientos de campesinos de sus tierras y hogares a la fuerza: provocando una de las mayores crisis humanitaria y social que este país ha tenido que enfrentar. Sociólogos y psicólogos señalan que estos desplazamientos afectan seriamente a los que los padecen y que tardan muchos años en recuperar la normalidad. La causa principal es la violencia asociada al conflicto armado.        
Aparición de grupos armados al margen de la ley: responsables de varios abusos a los derechos humanos y violaciones al derecho internacional humanitario. El secuestro y el homicidio son los delitos que asociados al conflicto colombiano han marcado el presente y el futuro de una sociedad.
Niños y Jóvenes ingresados en las filas de estos grupos terroristas: donde han presenciado abusos sexuales, homicidios y ataques contra poblaciones. La violencia en la que viven a diario ha jugado un papel importante en la alta deserción escolar de esta parte de la población vulnerable.
Desintegración familiar: muchas familias han tenido que enviar a algunos de sus miembros a las grandes ciudades en busca de oportunidades de empleo. Y otras, con menos suerte, han visto cómo los integrantes más jóvenes elegían formar parte de estos grupos terroristas para poder subsistir y sobrevivir en semejante coyuntura.
Desempleo y falta de oportunidades laborales: muchos de los campesinos y pobladores rurales han emigrado a las ciudades donde es difícil encontrar un puesto de trabajo.
Impacto psicológico y cultural en los más jóvenes: la infancia ha crecido en medio del conflicto armado y en muchas ocasiones ha sido protagonista de actos terroristas e inhumanos que sin duda alguna repercuten en el crecimiento normal de los niños de este país.
Muertes innecesarias y crueles: Miles de indígenas, activistas de derechos humanos, sindicalistas y personas inocentes han sido asesinados y secuestrados por estas bandas armadas.
Freno al desarrollo económico: las consecuencias sociales del conflicto armado colombiano han sido desfavorables para atraer capital al país y para dar seguridad y estabilidad a los empresarios locales e internacionales interesados en invertir. Durante décadas los gobiernos colombianos han intentado atraer a nuevos inversores ofreciendo estabilidad y seguridad. Poco a poco van llegando al país empresarios interesados en abrir mercados en Latinoamérica y uno de ellos es Colombia.
Pobreza: el problema de la guerra interna y que la falta de trabajo  agrava la pobreza de las comunidades más desfavorecidas que ven que los salarios son bajos, los productos del campo baratos, el costo de vida caro y los impuestos no dejan de subir.
La sensación de que no hay futuro entre los ciudadanos colombianos más pobres y vulnerables es moneda corriente, aunque exista otra parte de la población que reciben los frutos de las inversiones extranjeras. Ellos  perciben que ante la pobreza (causa y efecto del conflicto armado en Colombia) no existe salida inmediata y que cada día deben comer y dar de comer a sus hijos. Por ello es importante dar apoyo y colaborar en los programas de ayuda a estas poblaciones que llevan adelante organizaciones no gubernamentales.